, Brian May, John Deacon y Roger Taylor formaron uno de los conjuntos de rock más famosos del mundo, primero en el marco del» maquillaje=»» p=»» rock=»» vestuarios=»» y=»»> Sus influencias fueron desde los Beatles hasta Led Zeppelin y Yes, con canciones que pasaban del sonido acústico al eléctrico, con momentos dramáticos y épicos. Coquetearon con el pop y la música disco, hasta dar forma a un estilo indiscutiblemente propio, original y único.
Incorrectos y trasgresores
A lo largo de su historia, Queen dio múltiples ejemplos de actividades que hoy seguramente merecerían una cancelación, pero siempre estuvo la música por encima de todo, y nunca tuvieron inconvenientes. Hasta ahora, con Yoto.
En 1984, por ejemplo, Queen tocó en Sun City, una especie de Las Vegas de Sudáfrica, donde otros músicos no querían dar shows porque en ese país todavía se practicaba el apartheid y el racismo explícito. A nadie se le ocurriría quemar los discos de la banda por haber estado ahí.
Recién el año pasado Roger Taylor deslizó que tocar ahí fue un error, aunque recordó las palabras de Mercury: «Quiero recorrer el mundo haciendo canciones que la gente pueda disfrutar».
De la misma manera, Queen fue famoso por los exóticos bacanales que organizaba para la prensa antes del lanzamiento de un disco nuevo. Freddie le prestaba tanta atención a esas festicholas como a la grabación de la música, pero a nadie se le ocurriría cancelarlos por apología a la droga o al abuso sexual sólo porque repartían cocaína o contrataban a prostitutas y taxi-boys, incluso enanos.
Un argentino en una fiesta de Queen
El 31 de octubre de 1978, Queen presentó su disco Jazz en el Fairmont Hotel de Nueva Orleans. Allí estuvieron Juan Alberto Badía y Juan Manuel Cibeira, por entonces secretario de redacción de la legendaria revista Pelo.
«¡No sabés lo que fue esa fiesta! Te quedás corto con todo lo que te imagines», dijo Cibeira en varios reportajes al lanzar su libro La biblia del rock, historias de la revista Pelo.
Según contó, a lo largo y ancho de los salones del hotel estaba un freak especializado en descogotar gallinas con sus dientes, una mujer con una motosierra y la promesa de que se decapitaría a sí misma si alguien le pagaba 100 mil dólares, enanos con bandejas de plata repletas de líneas de cocaína boliviana en la cabeza, camareros desnudos, mujeres fumando por la vagina, strippers, magos, guerreros zulúes, encantadores de serpientes, dealers, drag queens y peleas de modelos en bañeras llenas de hígado vacuno crudo.
Y la «gentileza» más aceptada era la del sexo oral en los baños. El propio Freddie Mercury lo publicitó en su discurso de bienvenida: “¿La mayoría de los hoteles ofrecen servicios de habitaciones a los huéspedes? OK, esta noche, Fairmont les ofrece servicio de labios».
El catering incluía ostras Rockefeller, camarones creole y champán Cristal, el favorito de Freddie. Según Cibeira, «A partir de la medianoche, todo ese ejército de la sordidez se lanzó a mostrar sus habilidades y vimos cosas que no hubiéramos creído de no haber estado ahí. La fiesta que cerca de las cuatro de la mañana tenía a todos los invitados sin saber muy bien a qué habían ido hasta ahí”.
Está claro que era otra época, con otros códigos incluso morales. Mucho de lo que hizo Queen fue incorrecto. Pero nada justifica censurar una canción o dejarla de lado por su letra. La música está por encima de todo, fuera de discusión y si a alguien a quien debería cancelar es a la plataforma Yoto, justamente por subestimar a los niños.
MFB