Tal como anticipó iProfesional, el presidente Javier Milei finalmente le pidió la renuncia a dos funcionarios claves de su gobierno. Se trata de la ministra de Energía, la salteña Flavia Royón, cercana a Sergio Massa, y del titular de la ANSES, el cordobés Osvaldo Giordano, vinculado con Juan Schiaretti.
El cordobés estaba en la mira desde que su esposa, la diputada Alejandra Torres decidiera votar en contra de la Ley ómnibus en el Congreso.
Javier Milei comienza la limpieza de funcionarios en el Gobierno
A través de un comunicado, el oficialismo anunció ambas salidas y anticipó que sus reemplazos «serán anunciados en los próximos días».
«La crisis económica heredada y el momento histórico actual requieren funcionarios públicos comprometidos con la modernización, simplificación y desburocratización del estado. Quienes asumen la responsabilidad de un cargo público deben comprender la dura realidad que enfrentan los argentinos y defendernos del constante ataque de aquellos que pretenden sostener sus privilegios a costa del hambre del pueblo», resaltó un comunicado de la Oficina del Presidente, advirtió el Ejecutivo.
En la Argentina, tras la caída de la Ley ómnibus, la relación entre la Casa Rosada y los gobernadores se tensó al máximo y cerca del Presidente aseguran que los cambios en el Gabinete podrían continuar.
En el Gobierno daban por sentado la salida de los funcionarios que responden a los gobernadores: Giordano al peronismo cordobés y Royón a Gustavo Sáenz. En esa lista siguen Franco Mogetta (Transporte), Daniel Tillard (Banco Nación) y Luis Giovine (Obras Públicas). En su entorno esperan que Milei regrese al país y ejecute una modificación en el esquema del Gabinete. Una incisión que extirpe a los que no se alinearon 100%.
El comunicado emitido por el Gobierno este viernes por la tarde.
La decisión de Milei se conoció mientras se encuentra en Roma, Italia, para continuar con la segunda parte de su viaje y encontrarse con el Papa Francisco.
Tras la caída de la Ley ómnibus, Macri se hace cargo
El poder de Mauricio Macri, en ascenso continuo, al ritmo de la caída de la ley Bases en la Cámara de Diputados impulsada por el presidente Javier Milei, puede ser graficado con declaraciones de testigos de la decisiva reunión en el despacho de Martín Menem, titular de la Cámara de Diputados, donde el diputado Cristian Ritondo tuvo un rol fundamental.
Junto a Diego Santilli, Ritondo es el diputado del PRO con línea directa al ingeniero y ex presidente. Lo escuchaba demudado y sin poder reaccionar tras la frase cargada de reproche de Miguel Ángel Pichetto «… te dije que esto iba a pasar», el «hombre que fuma» de la Casa Rosada, el «arquitecto de la victoria» libertaria según Milei, Santiago Caputo.
Fue Ritondo el que promovió el pase a comisión de la denominada Ley ómnibus. Desde entonces, los celulares de los gobernadores en las principales capitales provinciales comenzaron a sonar insistentemente.
Porque tanto en la ciudad de Córdoba, Martín Llaryora, como en La Plata, Axel Kicillof, o en Santa Fe, Maximiliano Pullaro, saben que detrás del recorte a los recursos provinciales y el comienzo del ahogo financiero a las provincias gobernadas por peronistas, pero, principalmente, al kirchnerismo de Buenos Aires, no se encuentra sólo el ministro de economía, Luis Caputo sino la decisión de Mauricio Macri de vengarse de aquellos que le impidieron la reelección.
El gobierno de Milei se sostiene en el carisma y la fe de la población en el economista libertario para que la saque del atraso y el subdesarrollo en el que está inmersa de manera objetiva si se compara la situación nacional con países desarrollados de Occidente.
Rodeado en la gestión por unos pocos confidentes de confianza y por una gran cantidad de funcionarios aportados desde distintas tribus peronistas, incluidos aquellos que provienen del Frente Renovador y trabajaron codo a codo con Sergio Massa durante la administración de Alberto Fernández, Mauricio Macri los quisiera ver a todos afuera del gobierno nacional.
«Un segundo tiempo para Macri y un relanzamiento de la gestión de Milei no puede incluir a estos peronistas que ya ejercieron la traición esperando un desgaste acelerado del gobierno nacional que lo lleve a estar fuera de la Casa Rosada en breve, como vaticina Pepe Albistur desde una reposera en Pinamar», explica un asesor del Presidente que dialoga a menudo con Cristian Ritondo.
Cuando se indaga por las cabezas de los peronistas que estarían a punto de engalanar las picotas mileistas, la lista es extensa. Podría comenzar por el cordobés, Osvaldo Giordano, titular de la ANSES que responde a Martín Llaryora, por haber sido el impulsor de frenar el traspaso del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) al Tesoro Nacional e intentar que sus millonarias tenencias financiaran las cajas previsionales de las provincias como Córdoba que no realizaron su traspaso a la Nación y, no contento con esto su esposa, Alejandra Torres, fue una de las que volteó la ley ómnibus sin ningún tipo de reparos.
«No se trata de un comentario machirulo de nuestra parte. Sencillamente, nadie cree que en el peronismo haya librepensadores como existen entre los liberales. Así que mejor que no se victimice la señora», afirmó la misma fuente de Casa Rosada, totalmente indignado.