Para la dirigencia gremial, Javier Milei es un «caso perdido» o, como ejemplifica un histórico dirigente que vio pasar a varios presidentes, es «una anomalía del sistema». Uno de sus pares en el consejo directivo de la Confederación General del Trabajo (CGT) enumeró a iProfesional: «Desde el retorno a la democracia, no hay antecedentes de un presidente que dinamite su capital electoral en tiempo récord».
Para la conducción de la CGT, los canales de contactos con el gobierno «están dinamitados». Las fuentes consultadas por este medio coinciden en que el jefe de Estado y la secretaria de la Presidencia, Karina Milei «eligieron al sindicalismo como enemigos de los cambios«.
A pesar de los esfuerzos del ministro del Interior, Guillermo Francos, y de legisladores, como Carlos D´Alessandro, el gobierno libertario parece decidido a dar una batalla hasta las últimas consecuencias contra la «casta sindical», aunque en plena campaña electoral Milei anunciaba que no iba por una reforma laboral ni proyectaba meterse en una disputa con las organizaciones gremiales.
De la búsqueda de alianzas gremiales, al desprecio a los dirigentes
Antes de los comicios, Milei se reunió con el secretario General de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), Gerardo Martínez, para interiorizarse sobre cómo funcionaba el fondo de desempleo de la actividad, al que venía elogiando. Luego, en la búsqueda de votos, intentó una alianza con Luis Barrionuevo que fue duramente cuestionada por propios y extraños. El gastronómico terminó pegando el portazo cuando vio que el libertario se entregaba a los brazos macristas.
Esa decisión fue como una inyección de unidad para los sindicalistas, que vieron cómo se corporizan viejos fantasmas. La llegada de Patricia Bullrich al ministerio de Seguridad y el retorno de funcionarios como el ministro de Economía, Luis Caputo, o el ministro sin cartera, Federico Sturzenegger, sumada a la reforma laboral incluida en el DNU no dejó lugar a posibles negociaciones.
Sin embargo, la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, intentó una política de seducción convocando a dirigentes. De hecho, el secretario de Trabajo, Omar Yasín, mantuvo reuniones con las conducciones de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y la Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados de los Hidrocarburos, Energía, Combustibles, Derivados y Afines (Catheda), pero sin resultados concretos.
Para entender el accionar gremial, Héctor Daer graficó: «Esto es una maratón y recién estamos en los primeros 50 metros»
Cuando la CGT ya había decidido el paro y movilización al Congreso, Pettovello convocó a sus oficinas Armando Cavalieri, en una foto donde se promocionaba el apoyo del líder del Sindicato de Empleados de Comercio al proyecto del fondo de desempleo estilo UOCRA. Pero el mercantil en realidad fue a defender la cuota sindical en su actividad. La comedia de enredos terminó expulsando del gobierno a Horacio Pitraú, quien ni siquiera asumió como segundo de Yasín.
El Ejecutivo descarta una reforma laboral, pero Zago cree que es posible
Caído el capítulo de reforma laboral a través del DNU por los fallos judiciales, el gobierno entró en otro paso de comedia. Después del fracaso de la ley ómnibus en el Congreso, el jefe de bloque de La Libertad Avanza en Diputados, Oscar Zago, anunció: «Seguramente vamos a mandar muchos de esos puntos como proyecto de ley. El mundo enteró cambió y nosotros también debemos cambiar. Hay varias leyes que se quedaron en 1945 y por eso no vienen inversiones ni empresas nuevas y mucha gente no quiere apostar al país».
El legislador hacía referencia a modificaciones en la legislación del trabajo, algo que parece obsesionar a los gobiernos no peronistas. Zago también parece jugar el rol de «libero», tratando de salvar que el gobierno no se siga metiendo goles. Pero desde su misma fuerza lo chicanean: «Habla mucho, sin la data necesaria y con un notable desconocimiento». El que le marcó la cancha fue el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien desmintió que el Ejecutivo vaya a enviar un proyecto de reforma laboral al Congreso.
En sus habituales conferencias de prensa donde analiza la situación política, económica y social, Adorni ratificó que «por ahora no es una posibilidad» enviar un proyecto de reforma laboral. Fuentes oficiales explicaron que «no podemos permitirnos una nueva derrota legislativa». Resulta que no solo miran lo que pasó en Diputados, sino lo que podría pasar en el Senado.
Batería de medidas del Ejecutivo para enfrentar a los sindicatos
La hoja de ruta contra el sindicalismo incluyó el protocolo antipiquete de Bullrich, las millonarias multas por la movilización tanto a Tribunales como al Congreso, los descuentos a estatales por participar de paros y la amenaza de quitar la personería gremial, entre otras medidas. Los sindicatos esperan además que se asfixie económicamente a las obras sociales retrasando el envío de fondos. Y esperan una ofensiva mediática y a través de las redes sociales «donde los libertarios y sus socios del PRO están muy presentes«, indicó un vocero gremial.
Francos, por su parte, no sabe cómo justificarse frente a varios sindicalistas a los que conoce y aprecia. No son pocos los que creen que tiene sus horas contadas en el gabinete, que amenaza con reestructurarse con «halcones» macristas.
Para la conducción de la CGT, los canales de contactos con el gobierno «están dinamitados»
Hasta otro conocido de los sindicalistas como Mariano Cúneo Libarona no tuvo empacho en avanzar con amenazas a horas del paro general. El ministro de Justicia aseguró que la protesta podría ser considerada «ilegal». Al respecto, el vocero opinó: «Fue más una declaración de compromiso que otra cosa… no se quiere mostrar débil, pero Mariano no quiere repetir la experiencia de la Gestapo Antisindical que impulsaron Bullrich y María Eugenia Vidal en el gobierno de Cambiemos».
La CGT gana centralidad: encuesta le da un 40% de imagen positiva
Por ahora, la estrategia de los Milei de avanzar contra el sindicalismo no estaría dando los resultados esperados. Después del 24E, la consultora Zuban Córdoba y Asociados realizó un relevamiento donde la CGT obtuvo un 39,6 por ciento de imagen positiva, por encima de Macri, Karina Milei y Caputo.
Gracias a la situación económica y los megaoperativos de seguridad, sumado al plan de lucha, la central obrera recobró el protagonismo que tenía adormecido y hasta cierto prestigio frente a la falta de referentes que enfrenten el modelo gobernante.
Según la consultora, el paro contó con «un margen de diferencial positivo» y que eso es «una señal en ese sentido, sobre todo tomando en cuenta que los gremios eran de los actores públicos con peor valoración hasta hace meses». Advirtió que «sin embargo, enfrentado a una oposición que aún carece de un liderazgo claro capaz de capitalizar los errores del Gobierno, las propuestas y dichos de Milei parecen gozar de un piso de 30 a 35 por ciento de aprobación – el famoso tercio ‘núcleo duro’- con un techo aproximado del 45 por ciento, dependiendo de los distintos temas».
Medidas de fuerza en stand by: intensifican reuniones con legisladores y gobernadores
Con la reforma laboral aparentemente archivada, la conducción de la CGT insistirá en dialogar con sectores políticos afines y se acercará a gobernadores de otro color político. «El objetivo ahora es voltear el DNU en su conjunto«, sostuvo el triunviro Pablo Moyano, quien además indicó que «el paro y movilización están latente».
De hecho, la central continúa en estado de alerta y movilización, aunque un nuevo cese de tareas no está previsto para lo que resta de febrero. Las fuentes remarcaron: «Hay que esperar a marzo, donde el humor social empeorará a caballito de la inflación», advirtiendo que «un sector importante del votante de Milei va a sufrir el aumento de la prepaga y del colegio… ahí los quiero ver cuando se den cuenta que ellos también son la casta«.
La semana que pasó, se realizó en la sede del gremio de la Sanidad, una reunión de la mesa chica ampliada con la participación de los triunviros Héctor Daer, Carlos Acuña; Gerardo Martínez (construcción, UOCRA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), Guillermo Moser (Luz y Fuerza), Sergio Romero (docentes, UDA), Mario Caligari (choferes de colectivos, UTA), Norberto Di Próspero (legislativos, APL), Carlos Sueiro (aduanas), Omar Plaini (canillitas), Alejandro Amor (municipales porteños), Juan Carlos Schmid (portuarios) y Miguel Paniagua (espectáculos públicos, SUTEP) entre otros.
Para entender el accionar gremial, Daer graficó: «Esto es una maratón y recién estamos en los primeros 50 metros«, y enumeró las medidas tomadas desde la asunción de Milei, destacando las presentaciones judiciales contra el DNU y las movilizaciones a Tribunales y el Congreso, no solo por la masiva participación sino porque no se registraron incidentes.