Se hablará mucho en las próximas horas y días del desafío a la autoridad de Esequiel Barco al entrenador Martín Demichelis. Son bravos los futbolistas, se sabe. Y algunas veces caprichosos. Es cierto que el resultado es el que termina de inclinar la balanza para un lado o para otro. ¿Qué hubiese pasado si Barco metía el penal?
La secuencia fue clarita. Néstor Breitenbruch bajó a Ignacio Fernández adentro del área y Arasa marcó el penal. Barco se metió una pelota abajo del brazo y Borja otra. Hubo una lucha y el mediocampista ganó; el colombiano revoleó el balón a la tribuna. La ejecución del ex Independiente fue al medio y José Devecchi la atajó con su pierna derecha. Pero el VAR observó la invasión de zona de Alexis Flores y el penal se volvió a ejecutar.
Ahí ocurrió el desafío a la autoridad porque un Demichelis enérgico le ordenó a Barco que no patee y que lo haga Borja. Nacho Fernández fue a persuadirlo, pero no pudo hacerlo. El atacante colombiano le dio una palmada en la cara al volante creativo en señal de apoyo. El disparo se fue varios metros arriba del travesaño y el técnico salió eyectado del banco de suplentes masticando algo más que bronca. Iban 28 minutos de la etapa inicial.
En lo que quedó de la primera etapa, Demichelis no dio indicaciones y estuvo cruzado de brazos. Barco, en tanto, casi no tocó la pelota. Cuando Arasa marcó el final, todos los compañeros fueron a animar a Barco, mientras que el entrenador se metió rápido al vestuario con cara de pocos amigos.
Claro que no es la primera vez Barco tiene una actitud así. En marzo del año pasado, en un partido contra Godoy Cruz, le había negado la ejecución de un penal a Lucas Beltrán, que buscana su primer hat-tick en Primer División.
Y la decisión que tomó Micho en el entretiempo también dará que hablar: lo sacó para poner al juvenil Franco Mastantuono.