lunes, 7 octubre, 2024

Guerra de Milei contra Lali: cómo funciona la agresiva estrategia del Gobierno en redes sociales

La batalla tuitera y mediática entre el presidente Javier Milei y la cantante Lali Espósito es solamente una muestra del modo de creación de escenas irrelevantes de confrontación, para disimular desprolijidades o desaciertos en materia de ejecución política por parte por parte del gobierno, capacidad que los hombres del presidente han mostrado en abundancia, como contrapartida a su acumulación de errores y derrotas de gestión, en estos dos meses.

Ya durante la campaña su juego había sido eficaz para llamar la atención y atacar adversarios. El uso correcto de las nuevas tecnologías comunicacionales y redes sociales puso a Milei por sobre sus contendientes. Uno de sus trolls escribió en la red social X, la de su preferencia, luego de la victoria en el ballotage sobre Sergio Massa y dedicado a este: «Con todo el aparato del Estado, te ganamos cinco gordos con Twitter». Una simplificación, pero de cierta realidad evidente.

La disputa con la consagrada artista Lali Espósito fue una maniobra calculada, planificada y perfectamente ejecutada, desde el laboratorio de Santiago Caputo, uno de los dos alfiles principales del presidente, junto a su hermana Karina.

«Algunos que se pretenden analistas en comunicación dicen que esta vez elegimos mal, que Lali tiene muchos fans. Ni esta la ven. Justamente, elegimos bien, ¿cómo sostenemos la polémica toda la semana confrontando con alguien que no conoce nadie?, la elección de Lali fue perfecta», explican en el seno de la comunicación del gobierno.

El estrepitoso fracaso de la ley ómnibus quedó fuera del debate público, por la capacidad de los operadores de Milei sobre una temática que ha desvelado a la política por años y que esta administración ha conseguido controlar sin contar con recorrido político: fijar la agenda.

«Ellos saben bien cómo funciona en estos tiempos la interacción entre redes y medios de comunicación y la voracidad del público por lo fútil, lo poco profundo, el chisme», explica una especialista que pretende asesorar a los radicales en la materia, y que agrega: «Yo tengo un laburo titánico, porque los míos quieren profundizar, explicar, ideologizar con una narrativa poco atractiva, tienen esa costumbre», se lamenta.

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La batalla tuitera y mediática entre el presidente Javier Milei y la cantante Lali Espósito es solamente una muestra del modo de creación de escenas irrelevantes

La pelea del Gobierno con Lali Espósito: tema viejo y con mala información

El posteo de Espósito que muchos trolls de Milei destacan como el inicio de la reyerta, data de la semana posterior a las PASO, cuando el presidente obtuvo su primer triunfo electoral. «Que peligroso, que triste», escribió la también actriz en aquel entonces. Pero por entonces la cosa quedó más o menos ahí. Uno de los tantos artistas que expresaba su posición política. Pero luego de la derrota parlamentaria de Milei y sus dichos basados en poca y mala información sobre el festival Cosquín Rock, el gobierno debía estallar una polémica fácil de ganar y con poco daño colateral y eligió a la más popular y moderna de sus detractoras, participante además, del gran evento de la música en la localidad cordobesa.

«Polemizar con (Pablo) Echarri es un embole, nadie le presta mayor atención, es un tipo que salvo por la política no existe hace años, es como un sindicalista, como pelear con Moyano. Lali es repercusión en sí misma, golpear retóricamente allí nos da resultado«, aseguran en el gobierno.

Las redes fijan agenda, al punto que los medios de comunicación recogen buena parte de su contenido de ellas. «¿Vos te fijaste lo que pasa? El periodismo se redujo a las redes. Antes, para saber con quién salía la actriz de moda, le hacían una guardia, le sacaban unas fotos robadas, y hacían una tapa escandalosa. Ahora, es tanto el contenido que cada uno genera, que el periodismo se sienta a ver redes. Entonces el escándalo es sí alguien le dio a otro un like, o si postea una foto con su nueva pareja. En tanto no coloques contenido en redes, nadie te ve, podés entrar y salir de un telo con un reflector en la cara y no pasa nada, porque el periodismo ya no busca información en otro lado«, sentencia un especialista cercano a Caputo.

Difícil presentarle un debate al respecto, parece comprender perfectamente como funciona la mecánica de retroalimentación entre medios y redes en estos tiempos. Y el objetivo es claro. Pese lo que dicen en público, los expertos gubernamentales saben perfectamente que su núcleo duro, al que deben mantener cohesionado, es el 30% que obtuvo el presidente tanto en las elecciones PASO como en las generales. «Lo del 56% sabemos que es inexacto, pero si mantenemos unido tras el objetivo a nuestro 30%, tenemos una base electoral desde la cual crecer de cara a la elección de medio término».

Ese porcentaje está muy bien controlado por una veintena de trolls que mantienen vivas las consignas y que profundizan el debate, confrontan y prologan la polémica hasta que el gobierno necesita introducir otro tema. Reciben el aval directo del propio presidente, cuando periódicamente, este los repostea o los likea, lo que les otorga legitimidad frente al ejército de personas que los siguen. En total, en X, estos trolls suman alrededor de un millón de seguidores. «Y si contamos los seguidores de esos seguidores que también ven los posteos y participan de la polémica, son unas 30 millones de cuentas», calculan dentro del gobierno.

Esta es una foto de hoy. Los expertos de LLA saben que las cosas pueden cambiar y quieren estar preparados, hay un equipo que explora eventuales futuras redes sociales con incidencia política como X, que puedan intentar destronar a la que hoy tiene una influencia decisiva. «Vos no te olvides que hace muy poco, Facebook era totalmente dominante, casi única y de golpe, fue borrada de la faz de la tierra, de hecho, hoy tiene un público tan lejano a nuestro target que nosotros ahí no participamos, así que es posible que surja algo que postergue a X en el corto plazo y hay que estar preparados para ser los primeros en copar la parada cuando surja. Pasó con Tik Tok, pero su lógica, si bien nos sirvió en campaña, es tan diferente que complementó en lugar de reemplazar», explican.

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El gobierno de Javier Milei busca generar polémicas en redes para dejar fuera de foco a los temas relevantes para el país

El debate se trasladó a las redes sociales

El control absoluto del debate de redes por parte del gobierno, se ve evidente cuando se observa cómo, sus contendientes, quisieron sacar a la luz que la novia del presidente, Fátima Florez, también ha participado de eventos a costa de los estados, como sus números de imitaciones. Los trolls y el propio presidente directamente han ignorado la cuestión, le siguieron tirando a Lali con las mismas acusaciones pero más violentamente, y el contraataque con Fátima se diluyó.

Es de esperar que esta sea la lógica de toda la gestión: el gobierno trastabillando en la política, pero creando una realidad paralela en redes y fijando así la pobre agenda de los medios, cuyas producciones en la necesidad del minuto a minuto, y la facilidad de encontrar temas que se les sirven en bandeja, siguen como moscas a la miel. Salvo que se produzca una hecatombe económica en la clase media en los próximos meses, en 2025 estaremos votando, otra vez, en base a una narrativa cada vez más distante de la realidad.

«Les damos una Matrix donde todos se sienten cómodos», dice uno de los especialistas oficialistas en relación a la película de Keanu Reeves, en que la gente creía vivir en cierto mundo que en realidad era una simulación de inteligencia artificial.

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