Fueron días de ensayos varios y de profundos análisis para el entrenador Martín Demichelis. Tras el flaco empate de local por 1-1 contra Banfield, Micho celebró que iba a tener una semana larga para trabajar de cara al Superclásico de mañana a las 17 en el Monumental. Probó y rotó el DT, buscó variantes pensando en Boca. La probable ausencia del goleador Miguel Borja es el tema central en River. Pablo Solari y Claudio Echeverri asoman como los candidatos para suplir al Colibrí. A esa duda se suma otra en el mediocampo entre Nicolás Fonseca y Rodrigo Villagra. Pero esos interrogantes son secundarios para Demichelis porque los principal lo tiene muy en claro. ¿Qué tiene que hacer River para ganarle a Boca? Atacar, atacar y atacar.
La idea no tiene grises para Demichelis, más allá de que sí contempla resguardos. “Me imagino un River protagonista, porque vamos a tener la satisfacción de jugar con nuestra gente y en un estadio colmado. Somos muy optimistas en todos los sentidos. Tenemos que preparar la semana con mucha seriedad, mucho profesionalismo y con mucha diversión”, avisó el DT luego de la igualdad ante Banfield.
Lo que buscará River es no resignar sus principios: pararse en campo rival y crecer desde la tenencia. Se trata, ni más ni menos, de lo que viene haciendo a lo largo del ciclo. Claro que hay pequeños detalles que contra Boca no pueden quedar librados al azar, como sí se puede permitir contra rivales de menor relieve. Al atacar con muchos futbolistas, a River le suelen doler los retrocesos defensivos.
Se conoce: Demichelis les exige a los laterales, Marcelo Herrera y Enzo Díaz, que sean profundos y agresivos. Esta disposición provoca que los zagueros Leandro González Pirez y Paulo Díaz jueguen en largos pasajes mano a mano con los delanteros rivales. Los flojos rendimientos de Rodrigo Aliendro y la poca presencia física del uruguayo Nicolás Fonseca hicieron crecer las chances de que Villagra se meta entre los titulares. El ex volante de Talleres es inteligente para ocupar los espacios y tiene un perfil más defensivo. La inclusión del flamante refuerzo le aportaría mayor equilibrio al equipo.
La lupa más grande estará puesta en el ataque. La sensación es que si los de la mitad para adelante están finos, Boca sufrirá. El elenco de Núñez tiene un plantel rico en jerarquía en los puestos de arriba. Esequiel Barco es el jugador más determinante, sin dudas. Las mayores esperanzas estarán depositadas en el ex Independiente, que muestra su mejor versión cuando arranca recostado por el sector izquierdo. La gambeta en velocidad de Barco puede ser clave para ganar las espaldas de los volantes rivales, para sostener al ofensivo lateral Luis Advíncula y para sacar de la zona de confort a Cristian Lema, un defensor potente al que le cuestan los largos recorridos. Eso sí: para que el juego de Barco fluya, es indispensable que el resto de los compañeros lo acompañen.
Otro punto por atender es la posición de Ignacio Fernández: rinde más por la derecha que jugando centralizado. Nacho suele hacer un buen tándem con el lateral.
Y por último asoma el interrogante del ladero de Facundo Colidio, a quien no le gusta jugar entre los centrales. La presencia de Solari provocaría que el ex Boca se corra unos metros a la izquierda y quede más cerca de Barco. Lo que sucede y pesa en Demichelis es que Solari es el futbolista que mejor ingresa desde el bando de los relevos. La alternativa entonces sería Echeverri para romper a pura gambeta desde el centro.
Las cartas están sobre la mesa para Demichelis: le restan algunos ajustes, pero la idea de atacar y ser ambicioso no la negocia.