El Día del Traductor, también denominado como Día de la Traducción, se conmemora el 30 de septiembre de cada año con el fin de celebrar a todas las personas que pertenecen a esta profesión, que resulta esencial para la conexión entre las distintas sociedades y culturas. La fecha recuerda el nacimiento de San Jerónimo, una figura de la Iglesia Católica que ayudó a traducir material bíblico y es conocido como el patrono de la traducción.
Fue la Asamblea General de las Naciones Unidas la encargada de impulsar esta fecha en 1991, con el apoyo de la Federación Internacional de la Traducción (FIT). El día elegido coincide con la celebración de San Jerónimo, quien tradujo la Biblia.
Según la ACI Prensa (Agencia Católica de Informaciones) Eusebio Hierónimo, también conocido como Jerónimo de Estridón y San Jerónimo, nació en el año 342 d.C en Dalmacia, actual territorio croata. Fue bautizado en Roma, ciudad en la que estudió diferentes idiomas. Viajó por varios países para adquirir su cultura y dialecto, para luego retornar a la ciudad italiana para ser el secretario del Papa Dámaso I.
El Sumo Pontífice le solicitó traducir la Biblia al latín, gracias a su extensa experiencia en la materia. Jerónimo se trasladó a Belén, donde vivió varios años, para conocer expandir sus conocimientos en el hebrero y su cultura. A partir de esto realizó diversos comentarios sobre la Sagrada Escritura: “Ama la Sagrada Escritura, y la sabiduría te amará; ámala tiernamente, y te custodiará; hónrala y recibirás sus caricias”. Su traducción final es conocida como “Vulgata” que refiere a “edición para el pueblo”.
Gracias a este acontecimiento, es considerado como uno de los padres de la Iglesia latina junto a San Agustín, San Ambrosio y San Gregorio, además de ser nombrado como Doctor de la Iglesia el 20 de septiembre de 1295 por el papa Bonifacio VIII. San Jerónimo falleció el 30 de septiembre de 420, día en el que se lo recuerda.
Frases para dedicar en el Día del Traductor
LA NACION