Después de casi dos meses de letargo, la cúpula de la CGT se reunirá esta tarde en la sede de UPCN para debatir sobre su vínculo con el Gobierno en medio de presiones internas para avanzar hacia otro paro general, el tercero en el año contra la gestión libertaria.
Quedarán expuestas nuevamente las diferencias en la central obrera. Pablo Moyano, integrante del triunvirato de mando, deslizó ayer la oportunidad de reunir consensos para activar otra huelga. El referente camionero, con ascendencia sobre un puñado de gremios del transporte, sin embargo, no contaría con los avales suficientes para sumar a la CGT a su iniciativa. Es probable, y como un paso intermedio para evitar una fractura, se de luz verde a los gremios para participar de una movilización de protesta multisectorial que se está gestando para diciembre.
No avalan la postura de ir al choque los sectores mayoritarios de la CGT: “los Gordos” (grandes gremios de servicios) y los autodenominados “independientes” (estatales de AySA, UPCN, Uocra, entre otros). Este grupo de dirigentes está dispuesto a aceptar la convocatoria que hizo el secretario de Trabajo, Julio Cordero, a un diálogo tripartito con empresarios y sindicalistas como segundo paso tras avanzar con una reforma laboral reducida. Además, desde este sector, argumentan que tras la baja de la inflación se reduce la posibilidad de apurar una medida de fuerza para el fin de año.
Unidos en su rechazo al rumbo político y económico de la gestión de Milei, Hugo Yasky y Hugo Godoy activaron gestiones para reunificar a las dos vertientes de la CTA después de 14 años de fractura. Como parte de ese proceso de reunificación, las dos centrales obreras avanzaron con un hoja de ruta de reclamos que comprende desde un pedido al Gobierno para que actualice el salario mínimo, vital y móvil hasta activar una movilización en rechazo al ajuste para fin de año.
La intención de los ceteístas es, además, presionar a la CGT, cuyo consejo directivo pausó sus reuniones por las divisiones internas tras abrir un canal de negociación con la gestión libertaria. Existe una posibilidad que las CTA confluyan con los sindicatos más duros de la CGT y coincidan en una movilización multisectorial para fin de año.
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