Un nuevo informe sobre el comportamiento de los adolescentes con las finanzas reveló un fuerte cambio de tendencia en los últimos dos años de los jóvenes entre 14 y 19 años, al momento de manejar su dinero por la masificación de billeteras digitales y las nuevas formas de pago. Además, se evidencian cambios de comportamiento por categorías socioeconómicas y de género. Incluso, aparecen en la órbita las apuestas en línea y las estafas virtuales.
Tras dos años de realizarse el primer relevamiento, en esta segunda edición se comprobó que la inclusión financiera juvenil en Argentina «experimentó una transformación significativa entre 2022 y 2024».
Al igual que en la edición 2022, este segundo relevamiento denominado «Los adolescentes y las Finanzas, conocimiento y hábitos en Argentina», fue desarrollado por Junior Achievement Argentina y el Centro de Evaluación de Políticas Públicas de la Universidad Torcuato Di Tella, con el apoyo de BBVA Argentina.
En el mismo se detalla que la exclusión financiera se redujo del 41% al 9%, impulsada, principalmente, por la masificación de las billeteras digitales, que pasaron de una penetración del 51% al 89%, en los últimos dos años.
«Este cambio marca un punto de inflexión en la forma en que los jóvenes interactúan con el sistema financiero. Sin embargo, el estudio revela que mayor inclusión no se traduce en mayor educación o mejores prácticas financieras. El escenario actual presenta tanto oportunidades como desafíos«, reflexiona este informe.
Para agregar que la brecha entre acceso y uso efectivo es «particularmente pronunciada entre los jóvenes, quienes, a pesar de ser nativos digitales, muestran los niveles más bajos de conocimientos financieros».
Los resultados fueron obtenidos en base a una encuesta a más de 5.100 adolescentes pertenecientes, en igual proporción, a los estratos socioeconómicos bajo, medio y alto.
Asimismo, un 53% de los consultados, entre agosto y septiembre pasados, fueron varones. La mayoría de ellos de una edad de entre 16 a 18 años.
En cuanto a la digitalización financiera, mientras que en 2022 el 41% de los adolescentes no contaba con ningún instrumento financiero, en 2024 esta cifra se redujo al 9%.
El acceso a servicios financieros fue propulsado por una mayor penetración de las billeteras digitales, superior a 80%, siendo este instrumento escogido como principal medio de pago por el 50% de los jóvenes encuestados, detalla el informe presentado en el edificio corporativo del BBVA.
«El avance en la inclusión financiera no se traduce automáticamente en mejores prácticas financieras: contar con una billetera digital duplica o triplica la probabilidad de acceder a otros instrumentos financieros, sin embargo, no demuestra más altos niveles de ahorro, confianza en el manejo del dinero o conocimientos financieros», advierte el relevamiento.
Dinero, jóvenes, brechas de género y socioeconómica
La diferencia en el manejo de las herramientas financieras y el conocimiento en la administración del dinero entre los adolescentes entre 14 a 19 años, también son marcadas por el género y la posición socioeconómica, según lo detallado por el informe de Junior Achievement Argentina.
En cuanto a las brechas de género, «se identifica una marcada disonancia entre capacidades reales y autopercepción. Si bien mujeres y varones muestran niveles similares de conocimiento financiero, 37% de las mujeres tienden a subestimar sistemáticamente sus capacidades», sentencia el escrito.
Y agrega: «Esta brecha de confianza se reproduce a través de patrones familiares que transmiten diferentes tipos de conocimiento financiero según género, e impacta también en las proyecciones y perspectivas a futuro de las jóvenes encuestadas».
Por el lado de la vulnerabilidad socioeconómica, se destaca que 6 de cada 10 adolescentes de nivel socioeconómico bajo mantiene el efectivo como medio de pago más frecuente.
«La facilidad de uso aparece como el principal argumento, sugiriendo que la elección del medio de pago responde más a hábitos y contextos que a ventajas inherentes del instrumento», resalta el estudio.
De hecho, se enfatiza que en el nivel socio socioeconómico bajo, el poco conocimiento alcanza al 45% de los adolescentes, «esto es más del doble que en el nivel socioeconómico medio-alto (20%)».
A su vez, concluye que las proyecciones y perspectivas a futuro planteadas por los jóvenes de este segmento «se ven influenciadas por las necesidades propias de su contexto socioeconómico: mientras que los jóvenes de nivel socioeconómico alto muestran una visión centrada en la independencia financiera y el desarrollo profesional, los de nivel socioeconómico bajo equilibran sus metas profesionales con un deseo de estabilidad familiar».
Más allá de esto, el desinterés por la administración del dinero es «mínimo en todos los segmentos (entre 1% y 2%)», mientras que 7 de cada 10 jóvenes manifiestan que quieren aprender a manejar mejor su dinero.
«La escuela es un espacio estratégico para la democratización de la educación financiera. La demanda por parte de los jóvenes es clara: 8 de cada 10 mencionan a la educación financiera y económica como las asignaturas más relevantes para aprender en ámbito escolar», determina el estudio.
Dinero, ahorro y fuentes de consulta
En un contexto en el que 1 de cada 4 jóvenes no conversa con nadie sobre sus planes financieros, se torna relevante habilitar las conversaciones sobre dinero en los hogares.
Según este relevamiento, los padres, responsables o tutores, son la principal fuente de consulta en temas económicos y financieros para el 78% de los jóvenes encuestados.
Además, 6 de cada 10 jóvenes afirma que seguiría consejos de inversión vistos en redes sociales para destinar sus ahorros.
En cuanto al ahorro, el 78% de los adolescentes manifiesta tener una disposición positiva hacia el ahorro, aunque con diferentes niveles de éxito en su implementación.
«Los varones muestran una mayor propensión al ahorro en comparación con las mujeres (42%). También se observa una diferencia en la capacidad de ahorro entre los niveles socioeconómicos alto y bajo», resume la encuesta.
Frente a estos hallazgos, se identifican cuatro prioridades para fortalecer la educación financiera juvenil:
- fortalecer la educación financiera escolar.
- Desarrollar programas específicos de educación financiera digital.
- Abordar activamente los sesgos y brechas de género.
- Fortalecer las capacidades críticas para la toma de decisiones financieras.
El informe sugiere que el éxito de las intervenciones futuras dependerá de su capacidad para considerar estas diferentes dimensiones, adaptando estrategias y contenidos según las necesidades específicas de cada grupo.