El gobierno de Javier Milei dejó afuera de la competencia por la privatización de la Hidrovía a China, en una decisión estratégica que puede comprometer seriamente su reciente acercamiento al gigante oriental, luego de sus críticas al «comunismo» gobernante. De la relación diplomática bilateral depende, por ejemplo, la continuidad del swap que está dentro de las reservas internacionales del Banco Central (BCRA) y otros proyectos de inversión en represas hidroeléctricas y ferrocarriles, entre otros.
Asimismo, La Libertad Avanza (LLA) refuerza de esta forma aún más su alineamiento internacional incondicional con «el eje Occidente» conformado por Estados Unidos e Israel, aunque eso todavía no se vea reflejado en inversiones millonarias como las que se esperan.
La definición de excluir a China se plasmó dentro de los pliegos para la concesión de la Vía Navegable Troncal de los ríos Paraguay y Paraná, en el artículo 16 inciso 8, que plantea la exclusión para «toda persona jurídica que sea controlada, directa o indirectamente por Estados soberanos o agencias estatales, en el capital, en la toma de decisiones o de cualquier otra forma».
De esta manera, el gigante chino de dragado y balizamiento CCCC Shanghai Dredging Company (SDC) Ltd no podrá competir contra otros grandes del negocio mundial como las belgas Jan de Nul -ex concesionaria hasta 2021- y Deme Dredging y las neerlandesas Royal Boskalis Westminster y Van Oord.
El fundamento es «la necesidad de proteger recursos estratégicos de infraestructura crítica que son clave para el desarrollo económico y político de la Argentina»
«La exclusión de estas empresas no debe interpretarse como una medida proteccionista. Por el contrario, está alineada con prácticas internacionales que buscan garantizar la seguridad y la soberanía, sin renunciar a la participación de actores internacionales», explicaron fuentes cercanas al proceso de la licitación.
En el Gobierno se preocupan en aclarar que no es una exclusión a China, sino a cualquier Estado soberano, aunque su consecuencia sea justamente dejar afuera a la empresa oriental de dragado y balizamiento.
Quienes entienden del negocio visualizan que había un riesgo de integración vertical, ya que el principal exportador de granos es la empresa china Cofco, y la demanda está precisamente en China. Otorgarle la concesión a Shangai Dredging hubiera implicado una seria posibilidad de control oriental en toda la cadena para fijar precios y condiciones en el comercio exterior argentino.
El negocio de la Hidrovía representó hasta 2021 una facturación cercana a los 200 millones de dólares por año, pero en los pliegos se estima que crecerá en el siguiente período de concesión por 30 años (prorrogables por 30 años más a partir de 2055) hasta los US$ 410 millones anuales, tomando en cuenta una tasa interna de retorno (TIR) del 12% y un costo promedio ponderado del capital (WACC) de 10,9%.
El Gobierno oficializó la semana pasada el llamado a licitación pública nacional e internacional para la privatización de la Hidrovía -por donde se transporta el 80% del comercio exterior de la Argentina-. Las empresas interesadas tienen tiempo de mandar sus ofertas hasta el miércoles 29 de enero de 2025.
En manos del Estado, la Administración General de Puertos (AGP) tenía gastos por unos 200 millones de dólares al año. En 2023 y principios de 2024, hasta que hubo un aumento de tarifas, se acumuló un déficit operativo de US$ 90 millones.
La profundidad actual solamente permite cargar los grandes buques graneleros al 75% de su capacidad, por lo que se le exigirá a los privados inversiones que permitan incrementar la carga (que pagarán sus tarifas), con un ahorro en tiempos de viaje como en operaciones de carga y descarga; por ende, en la competitividad de las exportaciones.
La Hidrovía tiene en su red troncal 79 puertos en 7 provincias argentinas (Formosa, Chaco, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires).