Santiago José Sánchez
Barcelona, 9 dic (EFE).- «Incluso aunque se superase la cuestión de confianza, ¿cómo podemos negociar los presupuestos con unos incumplidores? No se han ganado esta confianza». Con esta frase, el líder de JxCat, Carles Puigdemont, ha redoblado la presión sobre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a las puertas de una negociación presupuestaria que necesitará los votos de sus siete diputados en el Congreso para salir adelante.
Puigdemont ha ofrecido una rueda de prensa desde el Press Club de Bruselas (Bélgica) para hacer balance del primer año del acuerdo con el PSOE para la investidura de Sánchez como presidente del Gobierno, del que el líder independentista extrae un resultado negativo y, como consecuencia, le ha exigido que se someta a una cuestión de confianza en el Congreso de los Diputados: «Le hemos hecho un crédito y está en números rojos», ha señalado.
Aunque, en su comparecencia, Puigdemont ha desvinculado la cuestión de confianza de los presupuestos, las palabras del líder de Junts han servido de advertencia al Gobierno de cara a esa negociación.
«Es un toque de atención. Sacamos tarjeta amarilla por pasividad. Si en lugar de reaccionar se cachondean, como parece que indican las primeras reacciones, tendremos que golpear más duro», subrayan fuentes de JxCat consultadas por EFE.
Las mencionadas fuentes han dejado claro que la aprobación de los presupuestos de 2025 «no son un objetivo» para la formación independentista, como sí lo es para el PSOE, y han agregado que los socialistas conocen la «condición» para empezar a negociar.
El propio Puigdemont lo ha recordado en su comparecencia: «Si queréis que demos apoyo a vuestros presupuestos, traednos la liquidación del presupuesto anterior. Si habéis cumplido, nos sentamos a negociar, que no quiere decir que haya acuerdo, pero nos sentaremos a negociar. Y qué ha pasado, que la liquidación del año 2023 es catastrófica para Cataluña, y la de 2022 también».
A la hora de negociar con el Gobierno, JxCat se ha aplicado la máxima de la discreción y de no mezclar carpetas, el negociar «pieza a pieza», como repiten sus portavoces.
Hasta ahora, los triunfos exhibidos por Junts de la negociación con el Gobierno se han conseguido fuera de las conversaciones presupuestarias, aunque todavía no se han materializado otros compromisos destacados, como la oficialidad del catalán en la Unión Europea, fruto del acuerdo para la Mesa del Congreso, o el traspaso integral de competencias en inmigración, que llegó en enero como contrapartida a los decretos anticrisis.
Puigdemont ha reconocido, a preguntas de los periodistas, que la votación de una cuestión de confianza sólo la puede activar el Gobierno, el líder de Junts ha subrayado que se trataría de una votación vinculante «políticamente», porque creen que el presidente del Gobierno «no ha hecho honor» a la confianza que depositaron en él los diputados de Junts.
«Algunos de los socios que le dimos apoyo consideramos que no ha hecho lo suficiente para merecer nuestra confianza a pesar de que ha tenido muchas oportunidades», ha expresado Puigdemont, que ha recordado, a lo largo de su intervención, los numerosos incumplimientos de Sánchez, por lo que cree que se encuentra en una encrucijada: «O punto de inflexión o dejarlo estar», ha dicho.
Para Puigdemont, la cuestión de confianza puede representar este «punto de inflexión» en el grado de cumplimiento, si bien el PSOE ya ha cerrado la puerta a este mecanismo, por lo que está por ver qué consecuencias tienen en Junts la negativa, ya que el propio expresidente catalán ha expresado su deseo de que no la bloqueen. EFE