El Complejo de Lagunas Las Huaringas, ubicado en las provincias de Huancabamba y Ayabaca, en el departamento de Piura, es conocido por ser un espacio donde se realizan prácticas curativas a cargo de los llamados “maestros curanderos”. Este atractivo turístico se localiza en el páramo andino, un entorno natural que alberga una diversidad de especies endémicas de flora y fauna.
Este ecosistema particular favorece las prácticas de los “shamanes”, quienes, desde tiempos inmemoriales, han atribuido a las aguas de las lagunas propiedades mágicas, cualidades curativas y capacidades de purificación espiritual.
De un tiempo a esta parte, las lagunas se han vinculado con diversas manifestaciones culturales, una característica que se remonta a tiempos prehispánicos y que aún perdura en la memoria colectiva de las comunidades locales y regionales.
Personas de diversas regiones del Perú visitan este lugar no solo para apreciar el paisaje, sino también para participar en un ritual que tiene sus orígenes en tiempos prehispánicos. Muchos tocan el agua o se sumergen en ella en busca de sosiego para sus males.
El Complejo de Lagunas Las Huaringas se ubica al lado este del departamento de Piura, en la sierra norte del Perú a una altitud que oscila entre los 2.800 y 3.900 m s. n. m., emplazado a lo largo del ecosistema del páramo andino.
El acceso al paisaje cultural del Complejo de Lagunas Las Huaringas comienza en la ciudad de Piura. Desde el Terminal Terrestre de Castilla, se toma un bus por una carretera asfaltada que lleva al pueblo de Canchaque. Posteriormente, se continúa por una vía afirmada hasta llegar a Huancabamba.
Desde este punto, el recorrido continúa por una trocha hasta el centro poblado de Salalá, donde comienza el camino de herradura que conduce a las lagunas más visitadas del complejo: Laguna Shimbe, Laguna Negra y Laguna El Páramo.
Peruanos y extranjeros hacen este recorrido para llegar a las lagunas. Algunas solo la contemplan, mientras que otras son partícipes de rituales.
El Ministerio de Cultura, a través de la Dirección de Paisaje Cultural, difundió un boletín titulado “Paisaje cultural “Complejo de Lagunas Las Huaringas”, en el cual se señala que existen diversos ritos que están directamente asociados al valor simbólico de las lagunas.
Estos ritos se manifiestan a través de curanderismo, brujería o hechicería y la mesada. Pero, ¿que es la mesada? “Es el rito nocturno donde se cumple una función ritual y curativa. Se hace uso de diversos objetos y alimentos como varas, aceros o espadas, imágenes, material arqueológico, piedras, chunganas -maracas- y silbatos, frutos, granos de maíz, caracoles, San Pedro, imanes, perfumes, patas de venado, tabaco, aguardiente de caña y flores blancas”, se lee en el documento.
El Complejo de Lagunas Las Huaringas, situado en el hemisferio ecuatorial, se caracteriza por un microclima que sustenta el ecosistema del páramo andino. Este ecosistema destaca por albergar una diversidad única de flora y fauna en el país, estrechamente vinculada a la práctica ancestral del curanderismo.
En estas ceremonias, conocidas como mesadas, se emplean tanto plantas como animales, considerados elementos esenciales en los rituales de sanación y curación.
En los alrededores de las lagunas crecen plantas medicinales como la cascarilla, la chinchona o el árbol de la quina, entre otras especies. Este entorno constituye un importante centro ecológico y natural que dio origen a una combinación de conocimiento médico y espiritual en la civilización andina. Estas comunidades desarrollaron una profunda sabiduría en el manejo de las plantas, convirtiéndolas en el recurso principal para las prácticas curanderas.
En otro fragmento del boletín se puede leer lo siguiente: “La dinámica curanderil también conocida como ‘shamánica’ o de “brujería”, es una práctica cultural extensiva a lo largo del Perú, y se manifiesta especialmente en el área andina y amazónica, a consecuencia de la intensiva práctica religiosa que tiene origen desde tiempos prehispánicos”.
Hoy en día, las lagunas de Las Huaringas y las prácticas curativas realizadas por sus curanderos se han consolidado como un símbolo de poder, prestigio y confianza, sirviendo como referencia para otros curanderos tanto en Perú como en países vecinos.