La Corte Suprema de Justicia recibió una denuncia formal contra varios congresistas que integran la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes.
Estos congresistas, quienes investigan al presidente Gustavo Petro por presunta violación de topes en su campaña presidencial, son el presidente de la comisión, Leonardo de Jesús Gallego, y los miembros del triunvirato investigador: Alirio Uribe, Wilmer Carrillo y Gloria Arizabaleta.
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De acuerdo con La FM, el denunciante asegura que el proceso presenta irregularidades y retrasos injustificados. Según el documento presentado, se ha solicitado en múltiples ocasiones que se garantice el respeto al debido proceso, pero las gestiones han sido percibidas como favorables a los intereses del presidente Petro.
En la denuncia se resalta que el caso contra Petro no se basa en delitos penales, sino en presuntas faltas de indignidad.
Por ello, el denunciante critica que los congresistas estén tratando de unificar este proceso con investigaciones penales.
“Hemos venido solicitando reiteradamente que se respete el debido proceso, ya que la denuncia presentada ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes tiene un trámite irregular, que favorece los intereses del presidente denunciado”, subraya el texto.
El documento, fechado el 14 de febrero de 2024, indica que las acusaciones están sustentadas en el artículo 109 de la Constitución. Este artículo no está orientado a sancionar delitos penales, sino a abordar cuestiones de indignidad en el cargo. El denunciante insiste en que esta distinción ha sido ignorada, contribuyendo a la confusión y los retrasos en el proceso.
Una de las críticas principales señaladas en la denuncia es la recusación presentada contra Alirio Uribe, integrante del triunvirato investigador.
Según el documento, esta recusación ha sido utilizada como argumento para justificar el atraso en las investigaciones.
“Advertimos la temeridad de la recusación del representante Garcés, en cuanto carece por completo de fundamento legal para cuestionar la imparcialidad del representante Alirio Uribe”, se lee en la denuncia.
La denuncia sostiene que las recusaciones presentadas buscan suspender las actuaciones y alargar el proceso deliberadamente.
Esto, a su juicio, ha permitido que los representantes argumenten que las dilaciones son consecuencia de las recusaciones, desviando la atención de las verdaderas causas del estancamiento.
El demandante ha solicitado a la Corte Suprema de Justicia que intervenga para acelerar el desarrollo de la investigación. Pide que los congresistas mencionados sean sometidos a un proceso que determine las responsabilidades por las demoras en el caso. Además, el denunciante insiste en la necesidad de separar las investigaciones por indignidad de los procesos penales, respetando así los lineamientos establecidos en la Constitución.
El caso contra el presidente Gustavo Petro se centra en la presunta violación de topes de financiación en su campaña presidencial, un tema que ha generado amplio debate público. La Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes tiene la responsabilidad de investigar estos hechos, pero los señalamientos de irregularidades y demoras han puesto en duda la transparencia del proceso.
El artículo 109 de la Constitución, citado en la denuncia, establece límites claros sobre la financiación de campañas electorales. Según los denunciantes, la falta de celeridad y claridad en el manejo del caso podría afectar la credibilidad de las instituciones encargadas de velar por el cumplimiento de estas normas.
Hasta el momento, los congresistas involucrados no han emitido declaraciones oficiales en respuesta a la denuncia presentada ante la Corte Suprema. Sin embargo, este caso podría sentar un precedente importante en el manejo de investigaciones relacionadas con altos funcionarios públicos, especialmente en un contexto donde el respeto por el debido proceso es esencial para garantizar la legitimidad de los procedimientos.
La denuncia también plantea interrogantes sobre el impacto de las recusaciones en los procesos legislativos y judiciales. Si bien estas herramientas están diseñadas para garantizar la imparcialidad, su uso indebido podría derivar en obstrucciones y demoras injustificadas.