El presidente Javier Milei reiteró su defensa al empresario estadounidense Elon Musk, cuestionado en los últimos días por un saludo similar al nazi con el brazo en alto y extendido, y agradeció a su par Donald Trump por su intervención en la liberación de los rehenes que permanecían secuestrados por Hamas en Franja de Gaza. Además comparó los fundamentalismos de hoy con el nazismo.
El Presidente retomó este lunes su agenda de actividades públicas en el país -tras una gira de varios días que lo llevó por Estados Unidos y Suiza- participando del acto por el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, que se celebró en el Museo del Holocausto, ubicado en el barrio porteño de Recoleta.
La conmemoración para homenajear a las víctimas comenzó minutos despues de las 11, con la asistencia de las máximas autoridades de la comunidad judía en Argentina. Por el lado del Gobierno, junto a Milei estuvieron el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona; el secretario de Educación, Carlos Torrendell; el vicecanciller, Eduardo Bustamante; y el vocero, Manuel Adorni.
«Este aniversario particular tiene para mí una carga emocional y simbólica muy especial. Por un lado, porque se cumplen 80 años de la liberación de Auschwitz-Birkenau, y por el otro, por la liberación de los rehenes, en Gaza, que ha comenzado hace algunos días», señaló el Presidente en uno de los primeros tramos de su discurso.
“Hoy estamos aquí con el deber y la responsabilidad de no olvidar, de seguir recordando por todas las víctimas de aquel entonces y por todas las víctimas, que se sigue cobrando el culto a la intolerancia, el odio y la muerte; ayer disfrazado de nazismo; hoy disfrazado de fundamentalismo”, agregó el mandatario.
En ese momento hizo referencia a Elon Musk. El multimillonario sudafricano, que últimamente se ha convertido en la sombra de Donald Trump -incluso ocupa un lugar en su Gabinete-, es una de las personalidades internacionales con quien Milei parece tener mejor sintonía, y se han reunido varias veces en el último año.
La semana pasada, en el marco de los festejos por la asunción de Trump como presidente de Estados Unidos, Musk ofreció una fiesta y en un momento en que agradecía al público por el resultado electoral llevó su mano derecha hacia el corazón y luego la estiró como en un saludo militar.
Todo duró pocos segundos, pero las cámaras capturaron el momento justo de su mano extendida, como si lo que estuviera haciendo, en realidad, se tratara de un saludo militar nazi. El gesto generó repudio y cuestionamientos, y Milei -como ya hizo hace unos días- defendió al dueño de Tesla y X.
«Ojo con los que de forma banal revolean acusaciones y categorizaciones de nazi a cualquiera que no coincida con su forma de pensar. Tal como lo hicieron expresiones de izquierda, en todo el mundo, por ejemplo con mi amigo Elon Musk, que es un defensor intachable del Estado de Israel», dijo Milei.
«Pero no nos debería sorprender porque hartas veces estas falsas acusaciones vienen de los mismos que defienden a los terroristas de Hamás y despotrican en contra del Estado de Israel«, agregó.
Luego de instar a involucrarse en la lucha contra el antisemitismo porque «la indiferencia siempre es amiga del enemigo porque beneficia al agresor», el Presidente señaló que la situación actual cada vez tiene más parecido con los tiempos anteriores al Holocausto.
«Los que hoy comandamos naciones tenemos la obligación y la responsabilidad de no cometer los mismos errores que los líderes del pasado. El silencio o mirar para el costado ya no es una opción. Alzar la voz en contra de la intolerancia antisemita y en contra del terrorismo es un deber», subrayó.
«Por eso quiero aprovechar para agradecer el compromiso al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, al cargarse al hombro las negociaciones que permitirán que los rehenes puedan volver a casa. Entre ellos, los nueves argentinos que aún permanecen secuestrados y por cuya liberación exigimos la máxima celeridad», dijo el mandatario.
Por último, denunció nuevamente al «fundamentalismo intolerante», al que apuntó por representar «el mayor obstáculo hacia la construcción de un mundo libre, un mundo por el que no dejaremos de luchar hasta el último día de nuestras vidas».
D.D.