El escándalo con $LIBRA abrió la caja de pandora de las criptomonedas. Programación de smartcontracts sin auditoría, red blockchain de Solana, emisión de tokens fungibles, exchange de monedas digitales, proyectos de finanzas descentralizadas, entre otros. Se trata de términos técnicos del ecosistema cripto que en los últimos días se volvieron masivos y a simple vista son apabullantes. Esto hace interesante repasar algunos de los principales conceptos que gravitan alrededor de las criptomonedas. Un ecosistema que nació como un fenómeno tecnológico, pero que a medida que pasan los años da nuevos indicios de esconder grandes burbujas financieras.
1. Tecnología blockchain
La tecnología que funciona detrás de las criptomonedas se llama blockchain. Se trata de una gran base de datos compartida que gracias a la matemática, la computación, los algoritmos e internet permite realizar transferencias sin necesidad de un intermediario que verifique (controle) las operaciones. La clave para lograrlo es que la información de las transacciones se va enlazando en forma cronológica y criptográfica, permitiendo que lo que se guarda en la base de datos no pueda alterarse.
2. Bitcoin y otras criptomonedas
La primera red con tecnología blockchain fue bitcoin. Se lanzó en 2008 y la criptomoneda que circula en esta red es la más influyente del mercado. Con el tiempo aparecieron otras redes, con tecnologías algo más sofisticadas que la de bitcoin. Se modificaron los mecanismos de consenso pasando de las pruebas de esfuerzo a las pruebas de participación. También se incorporaron contratos inteligentes (permitiendo programar lo que ocurre con las monedas digitales). Ethereum, Cardano y Solana son algunas de estas redes y criptomonedas alternativas.
3. Descentralización y Finanzas Descentralizadas (DeFi)
Los impulsores de las criptomonedas aseguran que las redes blockchain promueven una economía descentralizada porque eliminan intermediarios. Por ejemplo, no es necesario tener una cámara de compensación para garantizar que las transferencias viajan de una cuenta a otra de la red. Tampoco es necesario tener una bolsa de valores tradicional para generar un mercado de compraventa de activos digitales. En el mercado cripto se ofrecen productos que van desde préstamos hasta cuentas remuneradas.
4. Stablecoins
Las criptomonedas tuvieron durante los últimos años una importante volatilidad de precios. Si bien el bitcoin registró subas impactantes que lo ubican cerca de los 100 mil dólares, muchas veces se registraron períodos de caídas violentas (y grandes pérdidas de capital). Por este motivo, empezaron a desarrollarse las monedas estables (stablecoins). Se trata de monedas digitales que usan la tecnología blockchain y su valor está respaldado generalmente por algún activo del mundo real. Por ejemplo, USDT o USDC son stablecoins que replican el valor del dólar.
5. Exchanges centralizadas
Las plataformas para comprar y vender criptomonedas se dividen en dos grandes grupos. El grueso de las transacciones con criptomonedas se hace en plataformas centralizadas. Esto quiere decir que las aplicaciones que ofrecen el servicio de compraventa son las que controlan lo que hace o no hace el usuario con sus monedas digitales. Pueden poner límites a las transferencias o pedir documentación para autorizar una operación. Binance o Coinbase son algunas de las más conocidas. La primera ya opera en el país y la segunda estaría planificando su desembarco.
6. Exchanges Descentralizadas
El otro grupo de plataformas para intercambiar criptomonedas son las exchange descentralizadas. Se conectan directamente a las redes blockchain y los usuarios tienen todo el control sobre lo que pueden hacer o no hacer con sus monedas digitales. El uso de estas plataformas suele ser más complejo que el de las exchange centralizadas. La contracara es que los usuarios ganan en anonimato (no se suelen solicitar procesos de KYC, conocer al cliente). Uniswap es uno de los ejemplos. En paralelo, existen billeteras calientes (con conexión a internet) y frías (sin conexión). Son las que permiten almacenar criptomonedas como bitcoin.
7. Contratos inteligentes (smartcontracts) y tokens
En la medida que las blockchain se fueron haciendo más sofisticadas, incorporaron la posibilidad de programar lo que ocurre con las monedas que se crean y que circulan a través de estas redes. Las redes dejaron de ser sólo formas seguras de transferir monedas digitales sin intermediarios. Las monedas y tokens que circulan en la red empezaron a llevar un código que les dice cómo comportarse. Por ejemplo, pueden programarse para que una vez que ingresan a determinada cuenta (address) no puedan moverse por un cierto tiempo o no se puedan enviar a determinados usuarios. Esta es la esencia de los smartcontracts, con los que se crearon los tokens de $LIBRA. Una programación que los expertos aseguran que no tuvo auditoría de Open Zeppelin ni de ninguna de las entidades que suelen garantizar la fiabilidad de esta clase de proyectos.
8. Enfoques de regulación
El ecosistema de las criptomonedas creció fuertemente en los últimos años y cada vez parece volverse más complejo. Se generaron nuevos negocios, oportunidades impactantes para algunos inversores, pero también un sinfín de estafas, esquemas de tipo ponzi y una enorme manipulación del mercado. Esto llevó a los países a adoptar distintas estrategias y caminos en la manera de regular los criptoactivos. El enfoque más claro fue el de China que directamente prohibió todo tipo de actividad con criptomonedas en su economía (desde la minería de bitcoin hasta la compraventa), mientras avanza en el desarrollo de su propia moneda digital de tipo CBDC. La contracara es el enfoque de occidente, que no termina de tomar definiciones sobre cómo deben regularse esta clase de activos digitales y deja espacio a mega estafas como la de $LIBRA.