Lo que se preveía como una jugada estratégica inicial típica del estilo negociador de Donald Trump terminó desatando no sólo una batalla comercial a escala global. También disparó una crisis financiera global con final impredecible en intensidad y alcance. Pero mientras las grandes potencias económicas se disputan cuotas de mercado y zonas de influencia, en Argentina este tablero internacional convulsionado acelera la incertidumbre a la que ya había ingresado su economía por las amenazas de alterar algunos de los precarios equilibrios sostenidos con esfuerzo. Y, cuando no, el termómetro para medir esta dinámica es el sector externo y en particular, el mercado cambiario.
Aterrizaje forzoso. Hasta el 2 de abril, en que Trump anunció el “Liberation Day” (día de la liberación, en inglés), las preocupaciones del equipo económico argentino estaban enfocadas en conseguir lo antes posible la confirmación de parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) del paquete de auxilio para reprogramar deudas, pero sobre todo para apuntalar las alicaídas reservas del Banco Central. Ahora, debe seguir descifrando la letra chica de dicho acuerdo, pero en el marco de una convulsión generalizada. Si hasta marzo el Gobierno afrontaba presiones por “flexibilizar” el régimen cambiario a costa de una baja menos abrupta de la inflación, ahora esta opción parece ser la más realista. El IPC de marzo en la Ciudad de Buenos Aires fue de 3,2% con suba del rubro Alimentos de 4,7%, Una convergencia cada vez más difícil de sostener.
Al anunciar los denominados aranceles “recíprocos”, el gobierno estadounidense dijo que aplicará un arancel mínimo del 10% sobre todos sus socios comerciales, con tasas aún más altas a unos 60 países que mantienen superávits significativos con Estados Unidos, que se aplicarán de forma uniforme sobre todos los bienes provenientes de un determinado país. Maximiliano Gutiérrez, responsable de la sección Internacional del IERAL, el deterioro de las variables producto de la creciente incertidumbre se traduce en menores estimaciones de crecimiento (vale recordar que todas estas variables aun no incorporan el efecto arancelario, pero sirven de guía para ver el punto de partida. “Si hablamos de estimaciones oficiales, el ‘nowcast’ del PBI por parte de la FED de Atlanta indica que la economía norteamericana caería 2,8% trimestral anualizado durante el primer trimestre de 2025 (previo a la asunción de Trump, se estimaba un crecimiento de +3%), mientras que la probabilidad de recesión en Estados Unidos que calcula la Fed de Nueva York se ubica cerca del 60%”, agrega.
Por su parte, Jorge Vasconcelos, economista jefe del IERAL, señala que, en realidad, presenciamos la aspiración de la principal potencia global de resetear los mecanismos que guiaron las inversiones y el comercio mundial en las últimas ocho décadas. Considera que el arancel de importación como instrumento de política económica es tan rudimentario y tiene tantos efectos colaterales contraindicados, por lo que las evaluaciones sobre sus resultados serán necesariamente provisorias, entre otras cosas porque Estados Unidos no aplicó una suba de aranceles en espejo al grado de proteccionismo de los países afectados, sino que lo hizo en función del déficit comercial bilateral. “Además del impacto ambivalente en términos cambiarios del nuevo escenario, todo indica que la geopolítica ‘entró por la ventana’ en las negociaciones entre el FMI y el Gobierno, ya que destacados funcionarios de la administración Trump ya comenzaron a subrayar la importancia de un alejamiento progresivo de la Argentina de la órbita de influencia de China” detalla. Vale recordar que la deuda por el swap en yuanes es de US$17.900 millones y, dentro de las reservas brutas, están contabilizados yuanes por el equivalente a unos US$12.900 millones, casi la mitad del total de las reservas brutas.
Impacto. Según datos del Ministerio de Economía sobre el destino de las exportaciones argentinas en el 2024 las exportaciones a Estados Unidos fueron el 9% del total. Las exportaciones al Mercosur fueron el 24% del total. Las exportaciones al resto del mundo representan el 67% del total. Para el economista Jorge Colina, de IDESA, estos datos muestran que el impacto directo que tienen las medidas de Trump es reducido ya que la Argentina destina apenas 1 de cada 10 dólares de sus exportaciones a dicho país. Sin embargo, los efectos indirectos, no solo por las decisiones que tomen en Washington sino también por las posibles represalias que adopten los otros países pueden ser muy dañinos. “La principal conclusión es que el contexto internacional que enfrentará la Argentina es extremadamente complejo e incierto, haciendo muy difícil formular predicciones, pero demanda acelerar las reformas estructurales en búsqueda de mayor competitividad”, sostiene. Precisamente, recuerda que una de ellas (incluida como punto 10 en la Agenda de Mayo) es la integración al mundo y en este sentido, “nunca como en el presente se dieron las condiciones para suscribir el postergado acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea”, agrega. A su juicio, tendría enormes beneficios económicos y sería una acción consistente con salvaguardar los valores que se están poniendo en juego en la geopolítica internacional.
El analista Salvador Distéfano ve como un punto relevante lo que ocurrirá en el mercado de las materias primas a raíz del cambio de reglas. En el caso del petróleo, ahora lo que está en riesgo es la ecuación inversora en Vaca Muerta. “La baja del petróleo a US$ 60 nos complica, pero somos optimistas en que estos precios se van a revertir, dado los altos costos de extracción que tiene Estados Unidos que es el principal productor a nivel mundial”, comenta. En este escenario, a pesar de que acciones argentinas ligadas a la energía muestran bajas importantes, como YPF y Vista, sigue siendo optimista ya que dichas empresas están en un proceso de inversión para potenciar las ventas a través de oleoductos (Vista) y gasoductos (YPF), que concretó una gran venta de gas a Brasil con el precio mundial del gas subiendo.
La saga. Para concluir, Roberto Vassolo, profesor del área de Política de Empresa del IAE Business School, proyecta que en el largo plazo se observa un escenario que podría favorecer a Argentina en el proceso de barajar de nuevo todos los aranceles. “Algunos países quedan peor que nosotros y entonces podemos llegar a convertirnos en un proveedor medianamente beneficiado. Pero eso hoy es muy difícil de pronosticar porque va a depender del entramado de negociaciones bilaterales y de la decisión de Trump, además de las novedades que vayan apareciendo en el camino”, advierte.
Un elemento adicional al mosaico de factores que hacían de la economía argentina, una vez más, un interesantísimo laboratorio para analizar la acción y reacción de los agentes económicos. Sobre todo, para los que no tienen que observarlo desde dentro.