El fallecimiento del papa Francisco a sus 88 años conmovió al mundo entero, pero especialmente a los hinchas de San Lorenzo, club del que Jorge Mario Bergoglio fue fanático toda su vida. Y en ese extenso vínculo con la institución de Boedo quedó grabado un momento único: cuando en 2011 le dio el sacramento de la confirmación a varios juveniles de la pensión del club, entre ellos Ángel Correa, quien años más tarde sería campeón de América con el Ciclón y del mundo con la Selección Argentina.
La ceremonia se realizó en la Capilla Lorenzo Massa, dentro de la Ciudad Deportiva, cuando Bergoglio ya llevaba una década como Cardenal y ejercía como Arzobispo de Buenos Aires. El propio Correa, por entonces un adolescente de 16 años que brillaba en la Séptima División, fue uno de los confirmados aquel día lluvioso. “Yo levanté la mano primero. Quería todo de nuevo… era para faltar al colegio”, bromeó entre risas el rosarino en una entrevista radial años después.
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Aquel momento se volvió aún más simbólico con el paso del tiempo: en marzo de 2013, Bergoglio fue elegido Papa y se convirtió en Francisco. Pocos días después, el 31 de ese mes, Angelito debutó en Primera con la camiseta azulgrana en un recordado partido ante Newell’s, que quedó marcado por la detención de Pablo Migliore en la previa del aniversario 105 del club.
Correa se ganó rápidamente un lugar en el equipo titular y, en 2014, fue figura en la histórica conquista de la Copa Libertadores. Aunque una afección cardíaca le impidió disputar la final, el Papa lo recibió en audiencia privada y le expresó su apoyo en ese difícil momento de su carrera.
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El homenaje que San Lorenzo le dedicó a Francisco tras su fallecimiento incluyó imágenes de aquella ceremonia en la capilla y la icónica foto entre ambos. La imagen volvió a viralizarse en redes sociales, y el propio Correa compartió un sentido mensaje despidiéndose del Sumo Pontífice, junto al comunicado de pésame de Atlético de Madrid y una vieja entrevista en la que se declaraba impactado por aquel recuerdo.
«San Lorenzo es parte de mi identidad cultural», había dicho alguna vez Francisco. Para Angelito y para tantos otros, ese legado ya es eterno. Y el futuro estadio en Avenida La Plata, que llevará su nombre, será testimonio de un amor que trascendió lo terrenal.
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