Hace días que se viene hablando de la suba de tasas de interés. Es que, el 10 de julio el Gobierno puso fin a las LEFI, instrumentos que marcaban la tasa de referencia para el mercado. Ahora, en teoría, el «costo del dinero» debería establecerse según la oferta y la demanda.
Cuando vencieron las LEFI, quedaron liberados billones de pesos que el ministerio de Economía volvió a captar con otros títulos (Lecaps). Para evitar que se fueran al dólar, tuvo que pagar tasas «altas», de 36% anual en ese momento (el miércoles pasado).
A partir de ese momento, la «supertasa» se volvió más súper. A tal punto que el martes, las cauciones bursátiles, que habían cerrado en 50% el lunes, llegaron a superar 70% el martes. Luego -algunos operadores dicen que de la mano de algunos movimientos del Banco Central- cayeron a 40%.
Si bien todo ese mundo financiero parece lejano, hay una forma en que los pequeños ahorristas pueden aprovechar esa disparada de la tasa, que no llega por ahora a los plazos fijos, que siguen entre 30 y 35% en depósitos a 30 días, ni a las billeteras virtuales, que orillan el 26%, con rendimientos diarios.
Los bancos son más lentos para traspasar los movimientos de las tasas a las operaciones minoristas y el Banco Central cambió la semana pasada una regulación que impacta en los fondos comunes con lo que trabajan las billeteras.
Las cauciones bursátiles no es algo que solo pueden utilizar los grandes inversores. De hecho, están a la mano de cualquier ahorrista que en los últimos años haya abierto una cuenta en una app financiera para poder comprar dólar MEP. Entre ellas están Invertironline, Balanz, IEB, Porfolio Personal o Cocos.
La caución es una alternativa al plazo fijo, pero que se pacta en la Bolsa. «En lugar de prestarle dinero a un banco como en un plazo fijo tradicional, con las cauciones bursátiles le prestás a otros inversores. Esto se hace a través de la Bolsa, lo que permite plazos mucho más cortos. La gran ventaja de la caución colocadora es la flexibilidad, porque no estás atado a un plazo largo de 30 o 90 días», explican en Invertironline, una de las apps que ofrece cauciones para cualquiera que tenga una cuenta.
El que pone el dinero en caución es el «colocador» y quien va al mercado a buscar la plata es el «tomador», que debe dejar en garantía un porcentaje de sus activos financieros.
En la práctica, las cauciones están respaldadas por títulos que «el tomador» (el que pide prestado el dinero) entrega como garantía de pago. Estos títulos se colocan en un Fondo de Garantía con un aforo establecido según las normas de la Comisión Nacional de Valores y de BYMA. Este aforo es un porcentaje establecido para cada valor negociable que es entregado en garantía de forma tal que el colocador cubra el 100% de la garantía.
Plazos y tasas de las cauciones
La ventaja de la caución es que cada ahorrista elige los días que quiere dejar la plata inmovilizada, según su conveniencia. Los plazos van de 1 a 120 días. Eso permite hacer rendir el dinero cuando está inmovilizado aunque sea por uno o dos días, al estilo de las billeteras virtuales.
La tasa cambia todos los días y también según el plazo que se establezca. Es más, puede variar bastante dentro de un mismo día, como sucedió el martes, que superó 70%, pero luego terminó cerca de 40%.
De acuerdo con la app, existen diferentes mínimos de inversión.
Cuando vence la caución, se devuelve el dinero recibido más los intereses, mientras que el inversor recupera los activos que puso en garantía.
Algunas apps solo dejan hacer caución colocadora, pero otras también permiten tomar fondos, lo que puede resultar una alternativa de corto plazo a los préstamos personales. Claro que para hacer esto es necesario tener bonos o acciones para dar en garantía. También está la opción de hacer la misma operación en dólares.
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