Con una frialdad que congela la sangre, Pablo Laurta, el hombre acusado de cometer el doble femicidio de su ex pareja Luna Giardina y su ex suegra Mariel Zamudio, rompió el silencio este jueves y lanzó una frase como única explicación de la masacre: “Yo fui a rescatar a mi hijo”. Las palabras, que buscan instalar una especie de coartada, las pronunció mientras salía fuertemente custodiado de los Tribunales de Concordia, Entre Ríos, donde enfrenta otra causa no menos grave.
La escena judicial de hoy no fue por los crímenes de Córdoba, sino por el del remisero Martín Palacio, desaparecido horas antes de los femicidios. Por este hecho, la jueza de Garantías, Gabriela Seró, le dictó 120 días de prisión preventiva. La magistrada hizo lugar al pedido de la fiscal Daniela Montangie, imputándolo por homicidio criminis causa, es decir, matar para ocultar otro delito y lograr la impunidad. Cerca de donde se vio a Palacio por última vez, se encontró un cuerpo cuya identidad todavía no fue confirmada.
Este es el segundo día consecutivo que Laurta pisa los tribunales de Entre Ríos. El miércoles ya se había presentado frente a la fiscal Montangie, pero en esa oportunidad se negó a declarar por el homicidio del chofer. Antes de esa indagatoria, tal como lo marca la ley para delitos con penas superiores a los 10 años, el imputado fue sometido a un primer examen mental obligatorio y a una revisión médica.
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Con el frente judicial en Entre Ríos momentáneamente cerrado con la prisión preventiva, el “futuro procesal” de Laurta se muda de provincia. En las próximas horas será trasladado a Córdoba. Allí, la Justicia lo indagará formalmente como el presunto autor del doble femicidio de Luna (26) y Mariel (54), quienes fueron brutalmente asesinadas.
Una vez en Córdoba, se espera que sea sometido a análisis médicos y psiquiátricos mucho más exhaustivos. Estas pericias, contempladas en el artículo 34 del Código Penal, son clave para determinar si el acusado comprende la criminalidad de sus actos o si padece alguna alteración de sus facultades mentales que pudiera haber afectado su conciencia al momento de cometer los crímenes.
La declaración de este jueves no fue un exabrupto aislado. Laurta ya había mostrado esta postura desafiante el miércoles, durante su traslado desde Gualeguaychú a Concordia. Ante los periodistas que lo esperaban, y justo antes de que los policías cerraran la puerta del patrullero, alcanzó a decir: “Todo fue por justicia”. Una misma línea argumental, macabra y calculada, para intentar justificar lo injustificable.
El doble femicidio de Córdoba y la manosfera
«No puedo creer que haya parido a un asesino»: el desgarrador testimonio de su madre
Mientras su hijo intentaba justificar la barbarie, desde Canelones, Uruguay, su madre, Estrella Laurta Varela, mostró la otra cara de la historia: la de la vergüenza y el dolor absoluto. «No puedo creer que haya parido a un asesino, no es la persona que crié«, aseguró en un diálogo quebrado con A24, y comparó la situación con una pesadilla: «Esto es como esas cosas que pensás que pasan en Netflix, que te parece ajeno, y hoy no es ajeno, es en carne propia«.
Con la voz entrecortada, Estrella dejó en claro cuál es su única prioridad en medio del horror. «Hoy mi nieto está solo en el mundo, está sin su madre, sin su abuela y sin su padre, que asesinó cruelmente a la mamá y a la abuela de mi nieto», sentenció, poniendo el foco en el pequeño que quedó en medio de la tragedia.
La mujer, además, confirmó que la relación con su hijo no era buena y que hacía mucho tiempo que no tenían contacto.
TC