Interrumpió sus vacaciones, dejó las hawaianas y los paseos por Ocean Drive, se subió a un avión y recorrió de inmediato los 7.126 kilómetros que separan a Miami de Buenos Aires. Gustavo Quinteros no lo dudó ni un segundo cuando recibió el llamado para dirigir a Independiente. Lo primero que hizo fue ponerse en contacto con su ayudante de campo, Leandro Desábato, y con todo su cuerpo técnico. El entusiasmo lo movilizó de inmediato: el técnico de 60 años llegó a un acuerdo de palabra con la dirigencia. Lo único que falta es acordar premios por objetivos logrados, una cuestión en la que ambas partes coinciden que se solucionará sin problemas. De no surgir imponderables, este viernes firmará un contrato que lo ligará al club hasta fines de 2026, cuando concluye el mandato de la Comisión Directiva encabezada por Néstor Grindetti.
“Esperamos hacer lo mejor en esta parte final del año. Tener una idea clara de lo que tiene y necesita Independiente y planificar la próxima temporada para cumplir los objetivos. Esa es mi intención, constituir un equipo para que el año que viene Independiente pueda pelear por cosas importantes”, comentó Quinteros apenas aterrizó en Ezeiza. El Rojo recibirá el domingo a San Lorenzo y el debut del nuevo entrenador será el 28 de septiembre contra Racing, en el Cilindro. “El objetivo de mi parte siempre es agarrar un club grande para pelear, ganar títulos y clasificar a copas. Eso es lo más importante para mí, son los objetivos que tengo como profesional. Independiente es un club muy grande que tal vez no está en su mejor momento, que hace algunos años no puede conseguir títulos a nivel local”, planteó el DT.
Quinteros se mostró muy ilusionado por el material del que dispondrá. De hecho, tomó la decisión de asumir luego de analizar a los jugadores que tendrá y de diagnosticar que son aptos para llevar adelante su propuesta futbolística. “El plantel es bueno, con características de jugadores que a mí me gustan. Tenemos que mejorar. Un entrenador cuando llega necesita preparación, una pretemporada, amistosos para que el funcionamiento se pueda dar de la mejor manera. En este caso es difícil porque tendremos que entrenar, jugar y dejar contenta a la gente. Es una presión extra que tienen los jugadores”, contó.
La bajada de línea del entrenador
Gustavo Quinteros viene de tener un breve paso por Gremio.
Más allá de su entusiasmo, el técnico cree que precisará rodaje para poder imprimirle su sello al equipo: “Hay que cambiar la idea de juego, algo que no es fácil porque necesitás tiempo. Esto me pasó en Vélez, donde la dirigencia nos dio el tiempo necesario para lograr los objetivos y conseguir títulos. Ojalá podamos cumplir esos objetivos, sobre todo el año que viene. Este año tendremos que mejorar lo más que se pueda”, expresó. Y bajó línea: “Quiero pedirle a la gente de Independiente que tenga paciencia, que confíe. Tenemos que unirnos en un momento difícil”.
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