lunes, 23 diciembre, 2024

Interna oficialista: Victoria Villarruel se diferencia de Martín Menem y no otorga un bono en el Senado

En momentos que pelea por ponerle un freno al intento de los senadores de aumentarse las dietas, Victoria Villarruel no sólo ratificó la continuidad de su plan de ajuste en el Senado sino que también buscó diferenciarse de Martín Menem, el hombre fuerte de Karina Milei en el Congreso, al negarse a otorgar un bono de fin de año a los legislativos que trabajan en la Cámara alta y que sí se dio a los empleados de Diputados.

Es habitual que cada fin de año, los presidentes de ambas cámaras firmen una medida otorgando un bono a los trabajadores del Congreso que se cobra en enero. Pero este año, la resolución 1424/24 fue rubricada por Martín Menem, quien participa activamente en el armado de La Libertad Avanza en todo el país junto a la hermana del presidente Javier Milei.

Se trata de un adicional no remunerativo de $100 mil para los empleados con categoría de 1 a 5, mientras que se eleva a $150 mil para las categorías 6 y 7, y llega a $200 mil para las categorías de 8 a 14, que son las que tienen salarios más bajos. En la resolución se dejó constancia que no se incluye a diputados, funcionarios, ni directores.

Desde el entorno de Villarruel justificaron la decisión de dejar afuera a los empleados legislativos del Senado al argumentar que se debe «acompañar desde todos los lugares posibles el esfuerzo que la gente está haciendo en la calle».

Javier Milei junto a Victoria Villarruel y Martín Menem. Foto: Rodrigo Nespolo / Pool

Mientras tanto en la Asociación de Empleados Legislativos (APL), que lidera el sindicalista Norberto Di Próspero, alentaban la esperanza de que la vicepresidenta revea su postura.

En el Senado hubo bastante malestar por haber quedado afuera del adicional de fin de año. Y entre los legislativos llegaron a la conclusión de que el tema del bono se mezcló con el aumento de las dietas de los senadores.

«Como todo se confunde, deben haber preferido no pagarlo», sintetizó uno de los trabajadores afectados.

Pero la indignación no es sólo por el no pago del adicional sino que, además, la caja navideña que se suele otorgar al personal con algunos productos que se consumen en las fiestas, este año se dio en forma selectiva a las categorías que van del 6 al 14.

Vale aclarar que la mayoría de los trabajadores están entre las categorías 6 y 8, con sueldos que oscilan entre los $1,2 millones y $980 mil. Obviamente que hubo consultas de algunos empleados de por qué no se incluyeron a las categorías superiores y la respuesta fue que «son millonarios».

Lo cierto es que la polémica por el bono se dio justo en el momento más tenso de la relación entre el Gobierno y la vicepresidenta. Incluso desde la Casa Rosada, como informó este diario, ya comenzaron a responsabilizar a Villarruel por el aumento de las dietas de los senadores.

Desde la Presidencia del Senado aseguraron que buscan mantener congelados los sueldos de los legisladores, pero se niega a firmar la resolución que prorrogue la medida.

Encrucijada

Villarruel está en una encrucijada de cara al próximo año legislativo con la pérdida de dos senadores generada por la expulsión de Edgardo Kueider, detenido en Paraguay cuando intentaba ingresar con más de US$ 200 mil sin declarar, y la licencia del radical Víctor Zimmermann, quien se incorporó al gobierno de Chaco.

Al quedar ajustada la mayoría conseguida hace un año, la vicepresidenta no puede ir al choque con los senadores negándose a firmar una actualización de las dietas. 

Al menos esa es una de las explicaciones que dieron en el Congreso para entender por qué no firma la resolución prorrogando el congelamiento, medida que en su momento aplicaron Cristina Kirchner y Sergio Massa, cuando estuvieron al frente del Senado y de Diputados, respectivamente.

Esta semana hubo conversaciones con los senadores más cercanos al oficialismo y sólo trascendió que se negocian alternativas, pero no se dieron precisiones, ni tampoco se habló de una posible convocatoria a sesión entre Navidad y Fin de Año, como era intención de Villarruel para resolver la controversia por las dietas.

Hoy un senador está cobrando una dieta de $ 4.916.982, que con los descuentos por jubilación, obra social e impuesto a las Ganancias, queda un neto de bolsillo de $ 3.661.184. A esto se suman otros $ 2.950.189, en concepto de gastos de representación y desarraigo, que con los descuentos queda en $ 1.770.113.

Es decir que el salario bruto del senador es de $ 7.867.171, quedando de bolsillo en $ 5.431.297. De acuerdo a las cifras que se manejan en el Senado, con la actualización el módulo, el mecanismo utilizado para definir el valor de las dietas, los sueldos estarían en los $ 9,5 millones sin los descuentos.

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