La decisión de Gerardo Zamora de respaldar la iniciativa del gobierno de Javier Milei para suspender las elecciones PASO en 2025 ha generado sorpresa y especulaciones en el tablero político. Este giro, que se suma a la adhesión de otros sectores peronistas, plantea interrogantes sobre las motivaciones del gobernador de Santiago del Estero y las implicancias de su postura.
Zamora justificó su respaldo con un argumento de coherencia histórica. Recordó que desde hace más de un lustro se manifestó a favor de eliminar las PASO, primero en el contexto de la pandemia y luego en un intento fallido junto a 21 gobernadores. «Este sistema, que tuvo buenas intenciones, con el tiempo demostró que no sirve para el objetivo propuesto», afirmó, alineándose con la narrativa del oficialismo libertario.
Sin embargo, detrás de la retórica de Zamora subyacen razones políticas y económicas más profundas. En términos financieros, el gobernador hizo propio el eslogan del mileísmo, «No hay plata», para justificar la eliminación de una instancia electoral que, según él, genera un gasto innecesario. Más allá del factor económico, la desaparición de las PASO beneficia a los oficialismos provinciales, que suelen controlar las estructuras partidarias y pueden definir candidaturas sin la intervención del electorado.
En el Congreso, los diputados que responden a Zamora se sumaron a los de Catamarca, alineados con Raúl Jalil, para dar un respaldo clave al proyecto de Milei. Este acercamiento entre sectores peronistas y el oficialismo libertario genera interrogantes sobre futuros alineamientos políticos. Otros gobernadores peronistas, como el propio Jalil y Osvaldo Jaldo de Tucumán, han tomado distancia de Unión por la Patria hace tiempo. Primero, cansados de la falta de liderazgo tras el fracaso en las urnas de 2023, y luego, con la necesidad de recomponer vínculos con el gobierno nacional para recuperar los fondos perdidos de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN). Esta dinámica ha acelerado la fragmentación del peronismo y ha consolidado una nueva configuración de poder en las provincias.
El debate legislativo sobre la suspensión de las PASO se desarrollará en un escenario de tensión y negociaciones constantes. Mientras el Gobierno confía en contar con los votos para la media sanción, la batalla por el quórum sigue abierta. La jugada de Zamora, lejos de ser una mera postura administrativa, se inscribe en una reconfiguración de lealtades dentro del peronismo y en la estrategia de supervivencia política en tiempos de Milei.
por R.N.