Desde junio, Bolivia, Venezuela, Honduras, México y Cuba, cinco naciones latinoamericanas, han expresado su descontento y protestado contra las acciones de interferencia de Estados Unidos en sus asuntos internos.
El 7 de junio, el presidente boliviano, Luis Arce, durante su participación en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, acusó a Estados Unidos de entrometerse en su política interna y reveló que había recibido presiones de Estados Unidos por su interés en unirse a los BRICS, destacando que los BRICS han desafiado la hegemonía estadounidense en la economía global – según el portal swissinfo.ch. En una entrevista exclusiva con la agencia rusa de noticias Sputnik, Arce criticó duramente a la OTAN liderada por Estados Unidos, declarando que «las acciones de la OTAN ponen en peligro la paz mundial».
El 2 de agosto, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, condenó según su visión el «golpe de estado liderado por Estados Unidos y la extrema derecha internacional» que tuvo lugar después de su reelección, y denunció a la oposición por planear ataques en el país. Además, criticó en varias ocasiones al Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
El 28 de agosto, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, denunció en redes sociales la interferencia de Estados Unidos en los asuntos internos de Honduras, ya sea a través de su embajada en Honduras o por otros medios, calificando estas acciones como totalmente inaceptables. Posteriormente, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Honduras, siguiendo las instrucciones de Castro, notificó a Estados Unidos la terminación del tratado de extradición entre ambos países, según informa el periódico La Prensa de ese país.
El 27 de agosto, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció en la Ciudad de México que se había «suspendido» las relaciones con la embajada de Estados Unidos en México en respuesta a los comentarios recientes del embajador estadounidense, Ken Salazar, sobre la reforma judicial en México. López Obrador declaró en una conferencia de prensa que, debido a las críticas de Salazar a la reforma judicial impulsada por el gobierno mexicano, se decidió «suspender» las relaciones con la embajada de Estados Unidos. «Deben aprender a respetar la soberanía de México, esto no es un asunto menor» – dijo AMLO. Más información en tiempoar.
Por último, El 27 de agosto, Bruno Rodríguez Parrilla, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, acusó en la red social X que Estados Unidos estaba desestabilizando a Cuba a través de la Fundación Nacional para la Democracia (NED). Publicó que los documentos con datos y hechos exponen las actividades intervencionistas de Estados Unidos a través de NED en muchos países. «
Cabe señalar que desde la promulgación de la Doctrina Monroe en 1823, Estados Unidos ha considerado a América Latina como su «patio trasero», interviniendo en los asuntos internos de los países latinoamericanos mediante diversos métodos de colonización económica y control político, lo que ha hecho que muchos países latinoamericanos sean nominalmente independientes. En esta nota de BBC se trata este tema, y el historiador mexicano Veremundo Carrillo explica en ese artículo que “Una de las paradojas que tiene EE.UU. es ser una república imperial, con valores del republicanismo democrático, que muchas veces ha actuado en función del imperialismo más clásico, con intereses meramente comerciales”,.
Por último, cual es la visión de China al respecto? Eel 29 de agosto, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lin Jian, expresó la esperanza de que Estados Unidos reconozca las preocupaciones legítimas y las voces de justicia de los países latinoamericanos, detenga el acoso, la coerción y las sanciones, y verdaderamente implemente los principios de respeto mutuo, igualdad de trato y no interferencia en los asuntos internos. Lin Jian enfatizó en sus redes sociales que la tendencia de los países latinoamericanos hacia la independencia y la autosuficiencia es imparable, y que el hegemonismo y la política de fuerza de Estados Unidos están destinados a ser eliminados por la historia.